Manejar con sueño es un peligro más común y serio de lo que imaginamos. Solo en el 2023, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) reportó 633 muertes causadas directamente por accidentes relacionados con manejar soñoliento. Este fenómeno, aunque ampliamente subestimado, afecta gravemente a la seguridad vial en Estados Unidos.
El acto de manejar con sueño, también conocido como manejo soñoliento, ocurre cuando una persona conduce un vehículo en estado de fatiga extrema, dificultando su capacidad de concentración y reacción. Aunque la somnolencia puede afectar a cualquier conductor, existen ciertos factores que incrementan notablemente el riesgo.
¿Es peligroso conducir con sueño?
Tres condiciones en particular están asociadas con mayor frecuencia a accidentes por manejar con sueño: conducir durante la madrugada (entre medianoche y las 6 de la mañana), manejar solo a alta velocidad (sin pasajeros que puedan advertir al conductor), y desplazarse por calles y carreteras rurales. En estos contextos, la fatiga se vuelve particularmente peligrosa, ya que los conductores suelen tener dificultades para mantenerse alerta.
¿Qué debe hacer un conductor cuando tiene sueño?

Para prevenir accidentes derivados de manejar con sueño, la NHTSA recomienda priorizar dormir lo suficiente, idealmente entre siete y ocho horas diarias. Antes de realizar viajes largos, especialmente en compañía de la familia, es fundamental descansar adecuadamente. Asimismo, los adolescentes son particularmente vulnerables debido a sus patrones de sueño alterados; por ello, es crucial que los padres aconsejen a sus hijos no manejar hasta estar plenamente descansados.
Además de dormir adecuadamente, evitar el consumo de alcohol antes de manejar es clave, pues este aumenta considerablemente la somnolencia y reduce la capacidad cognitiva del conductor. Es importante también revisar cuidadosamente las etiquetas de medicamentos, tanto recetados como de venta libre, ya que muchos de ellos tienen efectos secundarios relacionados con la somnolencia.
En situaciones donde no se puede evitar manejar con sueño, la NHTSA aconseja estar atentos a señales de advertencia como cruzar involuntariamente las líneas del carril o topar con bandas sonoras al costado de la carretera. Una intervención efectiva a corto plazo es detenerse en un área segura e iluminada para tomar una breve siesta de 20 minutos, acompañada por una o dos tazas de café, medida que se ha demostrado científicamente efectiva para recuperar brevemente la alerta.
La NHTSA continúa trabajando activamente en conjunto con instituciones como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH) para ampliar el conocimiento sobre manejar con sueño y desarrollar estrategias efectivas que ayuden a reducir significativamente las muertes y lesiones relacionadas.
Conscientes de la magnitud del problema, las autoridades destacan la importancia de cambiar las actitudes sociales respecto al manejo soñoliento. Solo así será posible reducir el riesgo en las carreteras y mejorar la calidad de vida y seguridad de toda la población.
Factores médicos que potencian la somnolencia
Además de dormir poco, ciertos trastornos médicos incrementan drásticamente el riesgo de quedarse dormido al volante:
- Apnea obstructiva del sueño: provoca microdespertares nocturnos que reducen la calidad del descanso.
- Insomnio crónico: puede mermar la función cognitiva como si se hubieran ingerido dos copas de vino.
- Narcolepsia: episodios de sueño incontrolable durante el día.
- Uso de sedantes o antihistamínicos: muchos medicamentos de venta libre inducen somnolencia; revisa siempre las etiquetas.
Si sospechas un trastorno de sueño, busca evaluación médica antes de realizar viajes largos.
Evitar accidentes en la carretera por manejo soñoliento
El manejo soñoliento no solo afecta la seguridad individual, sino que también puede tener consecuencias catastróficas para otros usuarios en la carretera. Sin embargo, existen diversas estrategias y recomendaciones que pueden ayudar a mitigar este peligro.
Los investigadores enfatizan la importancia de realizar pausas regulares durante viajes largos. Se recomienda detenerse cada dos horas o cada 160 kilómetros recorridos para tomar descansos breves y estirarse. De acuerdo con estudios recientes, este sencillo hábito puede reducir significativamente los niveles de fatiga y mantener un alto nivel de alerta durante la conducción.
Aquellos conductores que suelen viajar largas horas de forma regular deben prestar especial atención a los períodos de riesgo, como la madrugada y el final de la tarde. Para aquellos que deben conducir en estas horas de riesgo, es recomendable que use técnicas de prevención, como tomar descansos frecuentes, hidratarse bien y evitar comidas pesadas antes o durante el viaje.
Otra recomendación importante es la planificación anticipada de los viajes, considerando descansos adecuados y evitando conducir durante las horas pico de somnolencia, principalmente entre medianoche y las 6 de la mañana. De los accidentes investigados, una gran proporción ocurre precisamente en estas franjas horarias críticas.
Además, mantener una buena hidratación y una alimentación ligera durante los viajes también puede contribuir a reducir la fatiga. Las comidas pesadas tienden a incrementar la sensación de sueño, mientras que mantenerse hidratado mejora la concentración y reduce la somnolencia.
Uso de tecnologías para reducir la fatiga
La tecnología también puede desempeñar un papel clave en la prevención del manejo soñoliento. Muchos vehículos modernos incorporan sistemas de alerta que detectan signos de fatiga en el conductor, como desviaciones en la trayectoria, cambios en los patrones de aceleración y desaceleración o reducción en la capacidad de respuesta ante estímulos externos. Estos sistemas emiten señales auditivas o visuales para advertir al conductor que es momento de descansar.
La NHTSA promueve activamente el uso de estas tecnologías avanzadas en vehículos nuevos como parte de sus esfuerzos para mejorar la seguridad vial. Asimismo, campañas de concientización y educación sobre los peligros del manejo soñoliento son cruciales para generar cambios en la percepción y conducta de los conductores.
En resumen, el manejo con sueño representa un problema significativo para la seguridad vial, pero es posible reducir su impacto mediante una combinación de buenas prácticas personales, planificación consciente de los viajes y uso de tecnologías de prevención. Tomar conciencia y adoptar estas medidas puede salvar vidas en las carreteras.
Mitos y realidades sobre conducir con sueño
Mito 1: “Abrir la ventana o encender el aire frío me mantendrá despierto”.
Realidad: El efecto de aire fresco es apenas temporal—dura unos minutos y, cuando la temperatura ambiente se estabiliza, la somnolencia vuelve con la misma intensidad. No sustituye el descanso ni la pausa para dormir.
Mito 2: “Beber café equivale a recuperarse del cansancio”.
Realidad: La cafeína tarda entre 15 y 20 minutos en hacer efecto y solo enmascara la fatiga durante un breve periodo. Si el conductor ya está muy somnoliento, el café no evitará que se produzcan microsueños ni repondrá las horas de sueño perdidas.
Mito 3: “Puedo luchar contra el sueño si me concentro lo suficiente”.
Realidad: La fatiga extrema no se controla con fuerza de voluntad. El cerebro puede desconectarse en microsueños de 1 a 4 segundos sin que la persona lo note, tiempo más que suficiente para salirse del carril o impactar a otro vehículo.
Mito 4: “Conducir de noche es más rápido porque hay menos tráfico”.
Realidad: Las horas de la madrugada (medianoche a 6 a. m.) y el tramo posterior al mediodía son los periodos con mayor riesgo de choques por somnolencia. Menos vehículos no significa mayor seguridad si tu nivel de alerta está comprometido.
Recuerda que las soluciones improvisadas—ventilar el auto, tomar café o “forzarse a permanecer despierto”—no sustituyen el descanso real. La única medida eficaz es detenerse en un lugar seguro, dormir lo necesario y retomar el volante solo cuando estés completamente alerta.
Preguntas frecuentes sobre manejar con sueño
Manejar con sueño —también llamado conducción fatigada o drowsy driving— ocurre cuando conduces en estado de fatiga o somnolencia, lo que reduce tu capacidad de concentración, aumenta el tiempo de reacción y deteriora el juicio, poniendo en riesgo tu seguridad y la de otros.
Los expertos advierten que manejar con sueño no es un problema aislado, sino una consecuencia de una sociedad moderna que funciona las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Ya sea por largas jornadas laborales, falta de sueño debido al cuidado de un bebé recién nacido, actividades sociales nocturnas o viajes prolongados y monótonos, la privación de sueño es una realidad que pone en riesgo la vida de muchas personas.
Manejar con sueño disminuye la capacidad de responder a emergencias, hace más lentos tus reflejos y aumenta las posibilidades de salirte del carril o colisionar. A largo plazo, la fatiga prolongada puede provocar lesiones graves, coste humano elevado y pérdidas económicas.
– Bostezos frecuentes
– Párpados pesados
– Dificultad para mantener la cabeza erguida o concentrarte
– Salidas involuntarias de carril
– Cabeceos involuntarios o sensación de sueño repentino (microsueños).
– Detente en un lugar seguro.
– Descansa o toma una siesta breve de 20 minutos.
– Bebe café o bebidas con cafeína y espera que haga efecto.
– Estira las piernas, ventila el vehículo y evita la música relajante.
Se recomienda detenerse cada 2 horas o cada 200 km recorridos para descansar, estirarte y recuperar la alerta
Sí, muchos autos ofrecen sistemas de detección de fatiga que monitorean la trayectoria del vehículo, el tiempo de parpadeo y el comportamiento de conducción. Al identificar patrones de cansancio, emiten alertas para que el conductor descanse.
– Conductores jóvenes (menores de 30 años)
– Trabajadores por turnos o con largas jornadas
– Conductores profesionales (choferes de camiones, autobuses)
– Personas con trastornos del sueño (como apnea)
Sí. Quedarse despierto más de 17–18 horas puede deteriorar tu capacidad de conducción tanto como tener un nivel de alcohol en sangre de 0.05 %, y más de 24 horas sin dormir es comparable a 0.10 % BAC.
– Prioriza dormir de 7–8 horas por noche.
– Planifica tu viaje evitando las horas más peligrosas (medianoche hasta la madrugada, y después del mediodía).
– Usa sistemas de detección de fatiga del vehículo.
– Si tomas medicamentos, verifica si provocan sueño.